La Tierra es un planeta activo y está en continuo cambio. Algunos de esos cambios se producen de forma muy evidente, como es el caso de la mayoría de los cambios externos de la superficie (erosión en la costa, transporte en un río...), pero los cambios que provienen del interior de la Tierra se producen más lentamente, de forma casi inapreciable (salvo los terremotos y las erupciones volcánicas). Aunque no seamos capaces de ver sus efectos en cortos periodos de tiempo, esos pequeños cambios internos son los responsables de la formación de las cordilleras, los océanos y la distribución de los continentes, con su acción a lo largo de millones de años.
Observando la superficie terrestre podemos ver la distribución de los contientes y los océanos. Pero si estudiamos con detalle, podríamos ver que está fragmentada en placas. Esas placas que forman la superficie terreste se mueven lentamente, gracias a la energía interna de la Tierra. El movimiento de separación o choque de dichas placas es lo que provoca la formación de océanos y montañas, así como la distribución de los terremotos y los volcanes en determinadas zonas del planeta.
En esta unidad veremos cómo la Teoría de la Tectónica de placas es capaz de explicar, de una manera global, todos los cambios que se producen la corteza terrestre, a partir del movimiento de las placas litosféricas .
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